Cada pueblo venezolano tiene un santo tutelar y anualmente celebra su fiesta con ceremonias eclesiásticas, procesiones, juegos para niños y adultos, ferias y bailes populares en lugares públicos. Aún cuando un mismo santo puede ser patrón de numerosos pueblos, todos no figuran en el calendario, para el cual se han seleccionado aquellos de mayor relevancia, por poseer una trayectoria considerable, apuntada por el trabajo de hermandades religiosas o cofradías, y que han sido registrados en investigaciones documentales y de campo. Todas las festividades incluidas son realizadas por la población criolla, la mayoritaria presencia en el país y en la cual se funden los aportes de indígenas, europeos y africanos que conforman el núcleo de nuestra cultura popular tradicional, y cuya contribución es visible en todas ellas.
Las conmemoraciones populares tradicionales de Venezuela corresponden, en esencia, al calendario impuesto por la iglesia católica durante el período de la colonización española en América, es decir, durante los tres siglos que siguieron a la fecha de los primeros asentamientos europeos (1498-1810), cuando fueron sustituidos los sistemas de creencias religiosas que históricamente habían sido practicados por los diversos grupos indígenas autóctonos, y más tarde se obligó su cumplimiento a los contingentes de africanos traídos al continente americano como mano de obra esclava. Los recién bautizados sumaron a sus deberes de asistencia regular a misa y a otros servicios religiosos, el de participar en otras demostraciones públicas de fe, en las oportunidades indicadas por al calendario cristiano. Para atraer nuevos creyentes, se autorizó formalmente que en ciertas celebraciones católicas, pudieran utilizar algunos de sus instrumentos musicales, cantos y danzas, elementos que ya habían sido usados desde hacía largo tiempo en España con este mismo fin y con el que habían logrado excelentes resultados. Estos mismos grupos posiblemente manifestaron en forma encubierta con expresiones de su propia tradición religiosa durante los ceremoniales.
De una u otra manera, los elementos culturales indígenas y africanos fueron integrándose a las celebraciones y conmemoraciones, en forma gradual y nada homogénea, para construir hoy expresión importante de la cultura popular tradicional venezolana. Este hecho independiente de las diferente reinterpretaciones que en cada uno de ellos se llevaron a cabo según sus propias peculiaridades históricas, nos vincula a otros pueblos de Iberoamérica y del Caribe.
El calendario cristiano reúne sus principales conmemoraciones en torno a los ciclos estacionales de los solsticios de invierno y de verano y los equinoccios de primavera y otoño. Esta asociación de actos rituales con los ciclos de la naturaleza es tan antigua como la humanidad misma, y fue vinculada a la medición del tiempo. Cada una de las celebraciones del calendario festivo en Venezuela puede considerarse como un hecho particular, sin embargo, se puede reconocer en ellas una serie de rasgos comunes que las vinculan históricamente no sólo con rituales religiosos cristianos que se habían consolidado durante la Edad Media europea, sino con tradiciones indígenas y africanas que, tratadas como herejías durante la conquista y colonización de nuestro territorio, pudieron aflorar en la mayoría de los casos como reinterpretaciones locales del cristianismo. Estos rasgos comunes son: Cofradías y Hermandades Religiosas; Altares Temporales y Andas; Procesión; el Pago de Promesas; Música, Danza y Teatro; Indumentaria Especial; Participación Masculina.
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